COMPETENCIA LINGÜÍSTICA.
Esta competencia se refiere a la
utilización del lenguaje como instrumento de comunicación oral y escrita, de
representación, interpretación y comprensión de la realidad, de construcción y
comunicación del conocimiento y de organización y autorregulación del
pensamiento, las emociones y la conducta.
Los conocimientos, destrezas y
actitudes propios de esta competencia permiten expresar pensamientos,
emociones, vivencias y opiniones, así como dialogar, formarse un juicio crítico
y ético, generar ideas, estructurar el conocimiento, dar coherencia y cohesión
al discurso y a las propias acciones y tareas, adoptar decisiones, y disfrutar
escuchando, leyendo o expresándose de forma oral y escrita, todo lo cual
contribuye además al desarrollo de la autoestima y de la confianza en sí mismo.
Disponer de esta competencia
conlleva tener conciencia de las convenciones sociales, de los valores y
aspectos culturales y de la versatilidad del lenguaje en función del contexto y
la intención comunicativa. Implica la capacidad empática de ponerse en el lugar
de otras personas; de leer, escuchar, analizar y tener en cuenta opiniones
distintas a la propia con sensibilidad y espíritu crítico; de expresar
adecuadamente -en fondo y forma- las propias ideas y emociones, y de aceptar y
realizar críticas con espíritu constructivo.
COMPETENCIA EN
EL CONOCIMIENTO Y LA INTERACCIÓN CON EL MUNDO FÍSICO.
Es la habilidad para interactuar
con el mundo físico, tanto en sus aspectos naturales como en los generados por
la acción humana, de tal modo que se posibilita la comprensión de sucesos, la
predicción de consecuencias y la actividad dirigida a la mejora y preservación
de las condiciones de vida propia, de las demás personas y del resto de los
seres vivos. En definitiva, incorpora habilidades para desenvolverse
adecuadamente, con autonomía e iniciativa personal en ámbitos de la vida y del
conocimiento muy diversos (salud, actividad productiva, consumo, ciencia,
procesos tecnológicos, etc.) y para interpretar el mundo, lo que exige la
aplicación de los conceptos y principios básicos que permiten el análisis de
los fenómenos desde los diferentes campos de conocimiento científico
involucrados.
Asimismo, la competencia de
interactuar con el espacio físico lleva implícito ser consciente de la
influencia que tiene la presencia de las personas en el espacio, su
asentamiento, su actividad, las modificaciones que introducen y los paisajes
resultantes, así como de la importancia de que todos los seres humanos se
beneficien del desarrollo y de que éste procure la conservación de los recursos
y la diversidad natural, y se mantenga la solidaridad global e
intergeneracional. Supone asimismo demostrar espíritu crítico en la observación
de la realidad y en el análisis de los mensajes informativos y publicitarios,
así como unos hábitos de consumo responsable en la vida cotidiana.
Esta competencia, y partiendo del
conocimiento del cuerpo humano, de la naturaleza y de la interacción de los
hombres y mujeres con ella, permite argumentar racionalmente las consecuencias
de unos u otros modos de vida, y adoptar una disposición a una vida física y
mental saludable en un entorno natural y social también saludable. Asimismo,
supone considerar la doble dimensión -individual y colectiva de la salud, y
mostrar actitudes de responsabilidad y respeto hacia los demás y hacia uno
mismo.
TRATAMIENTO
DE LA INFORMACIÓN Y LA COMPETENCIA DIGITAL.
Esta competencia consiste en
disponer de habilidades para buscar, obtener, procesar y comunicar información,
y para transformarla en conocimiento. Incorpora diferentes habilidades, que van
desde el acceso a la información hasta su transmisión en distintos soportes una
vez tratada, incluyendo la utilización de las tecnologías de la información y
la comunicación como elemento esencial para informarse, aprender y comunicarse.
Está asociada con la búsqueda,
selección, registro y tratamiento o análisis de la información, utilizando
técnicas y estrategias diversas para acceder a ella según la fuente a la que se
acuda y el soporte que se utilice (oral, impreso, audiovisual, digital o
multimedia). Requiere el dominio de lenguajes específicos básicos (textual,
numérico, icónico, visual, gráfico y sonoro) y de sus pautas de decodificación
y transferencia, así como aplicar en distintas situaciones y contextos el
conocimiento de los diferentes tipos de información, sus fuentes, sus
posibilidades y su localización, así como los lenguajes y soportes más
frecuentes en los que ésta suele expresarse.
Disponer de información no
produce de forma automática conocimiento. Transformar la información en
conocimiento exige de destrezas de razonamiento para organizarla, relacionarla,
analizarla, sintetizarla y hacer inferencias y deducciones de distinto nivel de
complejidad; en definitiva, comprenderla e integrarla en los esquemas previos
de conocimiento. Significa, asimismo, comunicar la información y los
conocimientos adquiridos empleando recursos expresivos que incorporen, no sólo
diferentes lenguajes y técnicas específicas, sino también las posibilidades que
ofrecen las tecnologías de la información y la comunicación.
Ser competente en la utilización
de las tecnologías de la información y la comunicación como instrumento de
trabajo intelectual incluye utilizarlas en su doble función de transmisoras y
generadoras de información y conocimiento. Se utilizarán en su función
generadora al emplearlas, por ejemplo, como herramienta en el uso de modelos de
procesos matemáticos, físicos, sociales, económicos o artísticos. Asimismo,
esta competencia permite procesar y gestionar adecuadamente información
abundante y compleja, resolver problemas reales, tomar decisiones, trabajar en
entornos colaborativos ampliando los entornos de comunicación para participar
en comunidades de aprendizaje formales e informales, y generar producciones
responsables y creativas.
La competencia digital incluye
utilizar las tecnologías de la información y la comunicación extrayendo su
máximo rendimiento a partir de la comprensión de la naturaleza y modo de operar
de los sistemas tecnológicos, y del efecto que esos cambios tienen en el mundo
personal y sociolaboral. Asimismo supone manejar estrategias para identificar y
resolver los problemas habituales de software y hardware que vayan surgiendo.
Igualmente permite aprovechar la información que proporcionan y analizarla de
forma crítica mediante el trabajo personal autónomo y el trabajo colaborativo,
tanto en su vertiente sincrónica como diacrónica, conociendo y relacionándose
con entornos físicos y sociales cada vez más amplios. Además de utilizarlas
como herramienta para organizar la información, procesarla y orientarla para
conseguir objetivos y fines de aprendizaje, trabajo y ocio previamente
establecidos.
En definitiva, la competencia
digital comporta hacer uso habitual de los recursos tecnológicos disponibles
para resolver problemas reales de modo eficiente. Al mismo tiempo, posibilita
evaluar y seleccionar nuevas fuentes de información e innovaciones tecnológicas
a medida que van apareciendo, en función de su utilidad para acometer tareas u
objetivos específicos.
En síntesis, el tratamiento de la
información y la competencia digital implican ser una persona autónoma, eficaz,
responsable, crítica y reflexiva al seleccionar, tratar y utilizar la
información y sus fuentes, así como las distintas herramientas tecnológicas;
también tener una actitud crítica y reflexiva en la valoración de la
información disponible, contrastándola cuando es necesario, y respetar las
normas de conducta acordadas socialmente para regular el uso de la información
y sus fuentes en los distintos soportes.
COMPETENCIA
EN SALUD Y CIUDADANA.
Esta competencia hace posible comprender
la realidad social en que se vive, cooperar, convivir y ejercer la ciudadanía
democrática en una sociedad plural, así como comprometerse a contribuir a su
mejora. En ella están integrados conocimientos diversos y habilidades complejas
que permiten participar, tomar decisiones, elegir cómo comportarse en
determinadas situaciones y responsabilizarse de las elecciones y decisiones
adoptadas.
Globalmente supone utilizar, para
desenvolverse socialmente, el conocimiento sobre la evolución y organización de
las sociedades y sobre los rasgos y valores del sistema democrático, así como
utilizar el juicio moral para elegir y tomar decisiones, y ejercer activa y
responsablemente los derechos y deberes de la ciudadanía.
Esta competencia favorece la
comprensión de la realidad histórica y social del mundo, su evolución, sus
logros y sus problemas. La comprensión crítica de la realidad exige
experiencia, conocimientos y conciencia de la existencia de distintas
perspectivas al analizar esa realidad. Conlleva recurrir al análisis
multicausal y sistémico para enjuiciar los hechos y problemas sociales e
históricos y para reflexionar sobre ellos de forma global y crítica, así como
realizar razonamientos críticos y lógicamente válidos sobre situaciones reales,
y dialogar para mejorar colectivamente la comprensión de la realidad.
Significa también entender los
rasgos de las sociedades actuales, su creciente pluralidad y su carácter
evolutivo, además de demostrar comprensión de la aportación que las diferentes
culturas han hecho a la evolución y progreso de la humanidad, y disponer de un
sentimiento común de pertenencia a la sociedad en que se vive. En definitiva,
mostrar un sentimiento de ciudadanía global compatible con la identidad local.
Asimismo, forman parte fundamental
de esta competencia aquellas habilidades sociales que permiten saber que los
conflictos de valores e intereses forman parte de la convivencia, resolverlos
con actitud constructiva y tomar decisiones con autonomía empleando, tanto los
conocimientos sobre la sociedad como una escala de valores construida mediante
la reflexión crítica y el diálogo en el marco de los patrones culturales
básicos de cada región, país o comunidad.
La dimensión ética de la
competencia social y ciudadana entraña ser consciente de los valores del
entorno, evaluarlos y reconstruirlos afectiva y racionalmente para crear
progresivamente un sistema de valores propio y comportarse en coherencia con
ellos al afrontar una decisión o un conflicto. Ello supone entender que no toda
posición personal es ética si no está basada en el respeto a principios o
valores universales como los que encierra la Declaración de los Derechos
Humanos.
En consecuencia, entre las
habilidades de esta competencia destacan conocerse y valorarse, saber comunicarse
en distintos contextos, expresar las propias ideas y escuchar las ajenas, ser
capaz de ponerse en el lugar del otro y comprender su punto de vista aunque sea
diferente del propio, y tomar decisiones en los distintos niveles de la vida
comunitaria, valorando conjuntamente los intereses individuales y los del
grupo. Además implica, la valoración de las diferencias a la vez que el
reconocimiento de la igualdad de derechos entre los diferentes colectivos, en
particular, entre hombres y mujeres. Igualmente la práctica del diálogo y de la
negociación para llegar a acuerdos como forma de resolver los conflictos, tanto
en el ámbito personal como en el social.
Por último, forma parte de esta
competencia el ejercicio de una ciudadanía activa e integradora que exige el
conocimiento y comprensión de los valores en que se asientan los estados y
sociedades democráticas, de sus fundamentos, modos de organización y
funcionamiento. Esta competencia permite reflexionar críticamente sobre los
conceptos de democracia, libertad, igualdad, solidaridad, corresponsabilidad,
participación y ciudadanía, con particular atención a los derechos y deberes
reconocidos en las declaraciones internacionales, en la Constitución española y
en la legislación autonómica, así como a su aplicación por parte de diversas
instituciones; y mostrar un comportamiento coherente con los valores
democráticos, que a su vez conlleva disponer de habilidades como la toma de
conciencia de los propios pensamientos, valores, sentimientos y acciones, y el
control y autorregulación de los mismos.
En definitiva, el ejercicio de la
ciudadanía implica disponer de habilidades para participar activa y plenamente
en la vida cívica. Significa construir, aceptar y practicar normas de
convivencia acordes con los valores democráticos, ejercitar los derechos,
libertades, responsabilidades y deberes cívicos, y defender los derechos de los
demás.
COMPETENCIA
CULTURAL Y ARTÍSTICA.
Esta competencia supone conocer,
comprender, apreciar y valorar críticamente diferentes manifestaciones
culturales y artísticas, utilizarlas como fuente de enriquecimiento y disfrute
y considerarlas como parte del patrimonio de los pueblos.
COMPETENCIA
PARA APRENDER A APRENDER.
Aprender a aprender supone
disponer de habilidades para iniciarse en el aprendizaje y ser capaz de
continuar aprendiendo de manera cada vez más eficaz y autónoma de acuerdo a los
propios objetivos y necesidades.
Esta competencia tiene dos dimensiones
fundamentales. Por un lado, la adquisición de la conciencia de las propias
capacidades (intelectuales, emocionales, físicas), del proceso y las
estrategias necesarias para desarrollarlas, así como de lo que se puede hacer
por uno mismo y de lo que se puede hacer con ayuda de otras personas o
recursos. Por otro lado, disponer de un sentimiento de competencia personal,
que redunda en la motivación, la confianza en uno mismo y el gusto por
aprender.
Significa ser consciente de lo
que se sabe y de lo que es necesario aprender, de cómo se aprende, y de cómo se
gestionan y controlan de forma eficaz los procesos de aprendizaje,
optimizándolos y orientándolos a satisfacer objetivos personales. Requiere
conocer las propias potencialidades y carencias, sacando provecho de las
primeras y teniendo motivación y voluntad para superar las segundas desde una
expectativa de éxito, aumentando progresivamente la seguridad para afrontar
nuevos retos de aprendizaje.
Por ello, comporta tener
conciencia de aquellas capacidades que entran en juego en el aprendizaje, como
la atención, la concentración, la memoria, la comprensión y la expresión
lingüística o la motivación de logro, entre otras, y obtener un rendimiento
máximo y personalizado de las mismas con la ayuda de distintas estrategias y
técnicas: de estudio, de observación y registro sistemático de hechos y
relaciones, de trabajo cooperativo y por proyectos, de resolución de problemas,
de planificación y organización de actividades y tiempos de forma efectiva, o
del conocimiento sobre los diferentes recursos y fuentes para la recogida,
selección y tratamiento de la información, incluidos los recursos tecnológicos.
Implica asimismo la curiosidad de
plantearse preguntas, identificar y manejar la diversidad de respuestas
posibles ante una misma situación o problema utilizando diversas estrategias y
metodologías que permitan afrontar la toma de decisiones, racional y
críticamente, con la información disponible.
Incluye, además, habilidades para
obtener información -ya sea individualmente o en colaboración- y, muy
especialmente, para transformarla en conocimiento propio, relacionando e
integrando la nueva información con los conocimientos previos y con la propia
experiencia personal y sabiendo aplicar los nuevos conocimientos y capacidades
en situaciones parecidas y contextos diversos.
Por otra parte, esta competencia
requiere plantearse metas alcanzables a corto, medio y largo plazo y
cumplirlas, elevando los objetivos de aprendizaje de forma progresiva y
realista.
Hace necesaria también la
perseverancia en el aprendizaje, desde su valoración como un elemento que
enriquece la vida personal y social y que es, por tanto, merecedor del esfuerzo
que requiere. Conlleva ser capaz de autoevaluarse y autorregularse,
responsabilidad y compromiso personal, saber administrar el esfuerzo, aceptar
los errores y aprender de y con los demás.
En síntesis, aprender a aprender
implica la conciencia, gestión y control de las propias capacidades y
conocimientos desde un sentimiento de competencia o eficacia personal, e
incluye tanto el pensamiento estratégico, como la capacidad de cooperar, de
autoevaluarse, y el manejo eficiente de un conjunto de recursos y técnicas de
trabajo intelectual, todo lo cual se desarrolla a través de experiencias de
aprendizaje conscientes y gratificantes, tanto individuales como colectivas.
AUTONOMÍA
E INICIATIVA PERSONAL.
Esta competencia se refiere, por
una parte, a la adquisición de la conciencia y aplicación de un conjunto de
valores y actitudes personales interrelacionadas, como la responsabilidad, la
perseverancia, el conocimiento de sí mismo y la autoestima, la creatividad, la
autocrítica, el control emocional, la capacidad de elegir, de calcular riesgos
y de afrontar los problemas, así como la capacidad de demorar la necesidad de
satisfacción inmediata, de aprender de los errores y de asumir riesgos.
Por otra parte, remite a la
capacidad de elegir con criterio propio, de imaginar proyectos, y de llevar
adelante las acciones necesarias para desarrollar las opciones y planes
personales -en el marco de proyectos individuales o colectivos-
responsabilizándose de ellos, tanto en el ámbito personal, como social y
laboral.
Supone poder transformar las
ideas en acciones; es decir, proponerse objetivos y planificar y llevar a cabo
proyectos. Requiere, por tanto, poder reelaborar los planteamientos previos o
elaborar nuevas ideas, buscar soluciones y llevarlas a la práctica. Además,
analizar posibilidades y limitaciones, conocer las fases de desarrollo de un
proyecto, planificar, tomar decisiones, actuar, evaluar lo hecho y
autoevaluarse, extraer conclusiones y valorar las posibilidades de mejora.
Real Decreto 1513/2006, de 7 de Diciembre.